SOMETIDOS AL ESPÍRITU SANTO

Somos humanos, habitamos en un mundo totalmente material, aunque estamos compuestos por Cuerpo, Alma y Espíritu, ciertamente y sin duda siempre una de estas 3 partes domina nuestra vida, es allí donde nosotros debemos hacer un alto y analizar si estamos actuando correctamente, según la voluntad de nuestro Dios, para esto, la Palabra nos dice:

Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.

Romanos 15:13

Debemos entender que el Espíritu Santo, mora en nosotros y que el poder de Él, es transmitido a nosotros en nuestro ser completamente.

Debemos por ello, cuidar nuestros actos y sometemos al Espíritu, pues si no dejamos de vivir en la carne, todo aquello que no es debido será regido por la carne y el espíritu será ignorado completamente, pues cuando obras según la carne y no según el espíritu, es cuando el pecado llega a tu vida.

El Espíritu Santo es tan poderoso y tan maravilloso que cuando nosotros empezamos a vivir en Éll, experimentamos milagros, proezas, paz, sanación, poder en nuestro cuerpo; cuando vivimos conforme al espíritu, empezamos a rechazar todas las cosas que no le agradan y a las que con anterioridad el cuerpo deseaba con ansias.

El Espíritu del Señor omnipotente está sobre mí,

por cuanto me ha ungido

para anunciar buenas nuevas a los pobres.

Me ha enviado a sanar los corazones heridos,

a proclamar liberación a los cautivos

y libertad a los prisioneros.

Isaías 61:1

Por último, comprendamos algo:

El Espíritu Santo, no es un juego, de hecho nuestro Dios es capaz de perdonar cualquier ofensa, pero la ofensa al Espíritu Santo es totalmente aberrante para Él y no la perdona jamás, por tal razón debemos tener un respeto absoluto al Espíritu Santo.

Nuestros pecados son capaces de alejarnos completamente de la verdad, pero la misericordia de Dios nos renueva cada día para acercarnos a su Presencia, pero debemos mantener un carácter determinante y con autoridad para lograrlo, porque las bendiciones únicamente son dadas a aquéllos que son capaces de honrar a Dios con un sometimiento grande y constante al Espíritu Santo.

La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.

Romanos 8:6

Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabiduría y de revelación, para que lo conozcan mejor.

Efesios 1:17