ACEPTADO NO RECHAZADO

El rechazo del mundo no debe de limitar nuestra capacidad para alcanzar las promesas del Señor. Debemos entender, que Dios es nuestro amigo y satanás nuestro enemigo. Es el ladrón que desea despojarnos de nuestro alimento espiritual, es experto en crear circunstancias adversas para sembrar duda cuando debemos tener fe.

Muchas veces las batallas que peleamos fortalecen nuestra fe. Debemos aprender que las situaciones difíciles que afrontamos no deben alejarnos de las promesas del Señor.

Pilatos sabia, que los principales sacerdotes tenían envidia de Jesús y por eso incitaron a la multitud, para que soltasen más bien a Barrabás- (Marcos 15:8-14). Pilatos les decía: ¿pues qué mal ha hecho? pero ellos gritaban aún más ¡crucifícalo!!!

Es triste pensarlo, pero la envidia hizo que condenaran a Jesús a morir crucificado. Como se sintió Jesús ante eso? El rechazo fue terrible, lo estaban condenando a muerte y no por ser malo sino por ser bueno, pero todo era por un buen propósito que se cumplió y que nos garantizó la vida eterna.

Donde estaban los diez leprosos a quien sanó? Porque no se escuchó la voz de la mujer que sanó del flujo de sangre?, la voz de Lázaro devuelto a la vida o la de alguna de las personas a quienes dio de comer milagrosamente? Por mencionar algunos, Ninguno pidió que lo liberaran!!! Esa misma condena sucede cuando el enemigo intenta hacernos dudar hiriendo nuestra alma, haciéndonos sentir marginados y rechazados. De alguna forma TODOS SOMOS rechazados y debemos aprender a manejar dicha situación, para evitar que afecte nuestra identidad y limite nuestro potencial.

Pasamos la vida luchando por ser aceptados. Por eso es importante aprender a manejar el sentimiento de exclusión y evitar que nos afecte o sufriremos las consecuencias. Jesús fue rechazado muchas veces, incluso por nosotros. ¿Le entregamos nuestra vida la primera vez que nos lo presentaron? o después de cierto tiempo? Así que Jesús es nuestro ejemplo a seguir cuando nos sintamos rechazados. Debemos hacer lo correcto nos acepten o no por ello.

En Juan 8:39-41 38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.

Insultaron a Jesús al decirle que era hijo de fornicación. No permitamos que las voces negativas nos hagan dudar, porque son las mentiras de Satanás. Nada debe hacernos retroceder en la lucha por alcanzar los planes de bien que Dios tiene para nosotros. Como hijos de Dios todos somos iguales, pero lamentablemente nuestra sociedad no es justa y será difícil eliminar por completo la discriminación.

Los que fuimos olvidados por muchos, somos hallados por el Señor y tenemos entrada al trono de la Gracia. Nos rechazan porque no somos del mundo pero somos del Señor quien jamás nos echa fuera.

No importa cuánto me rechacen porque tu Señor nos has aceptado.