UNA VIDA SIN JESÚS

Para los que aún no han tenido la dicha de conocer a MI REY, nuestro REY, el Señor Jesús, probablemente no sean tan comprensibles estas alineas inicialmente, pero estoy seguro que al terminar de leerlo, sentirás un deseo pleno de conocerlo, de relacionarte con ÉL.

Hay dos etapas en las que Dios se podría decir que segmenta la bendición para nosotros sus hijos y estas son:

1. Bendición por misericordia: esta es cuando nosotros sus hijos recibimos ciertas bendiciones porque Él con su amor nos ama de tal manera que no nos deja ni nos abandona.

1. Bendición por ser merecedor: esta, es la bendición más hermosa que existe, pues es cuando Él te da bendición con agrado porque tú has provocado recibirla, es porque has sido agradable y obediente a Él.

Ahora pregúntate, en cuál de estas dos posiciones estas tú?

Creo y considero querido lector, que debemos buscar ser totalmente merecedores de sus bendiciones, porque esto nos hace denotar que estamos obrando agradablemente a su mirada, a quién de nosotros no le agrada cuando nos felicitan…

Te diré algo, cuando vives una vida sin Cristo, eres un ser lleno de vicios, de maldiciones, de mentira, lleno de inquietudes demoníacas, permites que el dueño de las tinieblas se manifieste en tu vida, esto trae miseria, enfermedad, pobreza y por sobre todo desesperación a tu vida.

Seguramente si alguna de las anteriores líneas te hace sentirte identificado, creo que hoy es entonces el día que el Señor diseño para que sepas la razón por la cual vives de la manera en que estás viviendo, pero puedes ser libre, la sangre de Cristo tiene poder, Él tiene poder para librarte para darte una nueva vida renovada, vive conforme a su voluntad, deja la vida pasada y sujétate a la nueva vida que Cristo puede darte.

No es motivo de criticar tu vida por lo que haces actualmente, solamente te digo, deja de vivir así, y en el nombre de Jesús se libre!

Si deseas realmente dejar esta vida y vivir una nueva vida llena del Espíritu Santo, puedes hacer esta oración con todo tu corazón:

Señor Jesús, yo reconozco que soy un pecador, que vivo atado a los vicios de mi carne, que vivo sujetado a las tinieblas, pero hoy quiero ser libre, quiero vivir una vida digna y limpia de mi espíritu, de mi alma y de mi carne, porque anhelo por sobre todo tu presencia en mi vida, permite Señor que tu gloria se manifieste en mí, yo te reconozco como mi Señor y mi salvador, como el único Señor, por favor Jesús hoy me declaro libre en tu nombre de toda maldición de mi vida, amén.

Querido hijo de Dios, hoy has sido libre, ve, honra a nuestro PADRE y vive una vida plena bajo la unción del Espíritu Santo.

Dios te bendiga.